lunes, marzo 29, 2010

Una crisis de los Cuarenta no asumida.



Cuando cumplí cuarenta me lo tomé a la broma, me sentía igual, - pensé que la crisis de la edad ya la había sorteado sin ningún problema – y que solo me había venido un pequeño bajón como a los los 35, y pensaba que ya era un tema superado esto de envejecer; - pero no- , la verdad era que no le había tomado el peso. De los treinta a los cuarenta el tiempo se fue en un abrir y cerrar de ojos, y ahora de sopetón ya soy un cuarentón no asumido, - que no me daba cuenta – hasta que por una parte empece a sentir cambios en mi cuerpo, y me sentí cambiado – mas deteriorado – no me reconozco en el espejo – ese no soy yo, o no quiero ser así – me decía - ; ¿ que tanto es la edad?, ¿que tanto es mi mala vida?, - los malos hábitos - el sobrepeso por ejemplo, producto de mi ansiedad crónica. También me empecé a poner muy canoso de golpe, el cuerpo me quería hablar, al principio traté de tomármelo con humor y cantaba con mi hija Amelia: “cuarentin-tin-tin cuarentón-ton-ton... tu papito regalón...”, pero en el fondo el humor no me sanaba, su tinte tragicómico no me hacía ninguna gracia. Trataba de tomármelo con humor pero no podía, la chaucha me cayo de sopetón... y no me quedaba mas que asumirme, y saber llevar esta etapa de la vida, no niego que me provoca cierta angustia, estoy apegado a la juventud como lo esta toda nuestra civilización y cultura occidental, pero no me ha dado por teñirme, ni por intentar rejuvenecer mediante dietas milagrosas, ni cambios radicales en mi estilo de vida, pensar en eso solo me provoca mas estress del que ya tengo - y mas no lo puedo manejar - ; así que entre en la onda de ocupar la energía de forma mas dosificada no tan atarantada, evitar los derroches y desgastes innecesarios, creo que no hay que destrozarse por las puras, por eso ahora primero pienso antes de actuar, por ejemplo ahora evalúo si vale la pena tomar toda la noche, y andar con cruda el próximo día, entonces pienso primero si vale la pena, si hay algún brillo que lo justifique, sino no, No. Entonces me guardo, antes por ejemplo iba a todas, ahora ya no no estoy para esos trotes. Sin embargo aún tengo ganas de disfrutar – como siempre – pero como que siento también el peso de la sanción social, por ejemplo, el año pasado fui con mi hermano Jaime, Lily y mi hijo Emiliano, al recital de PANICO en la Blondie, y lo disfruté - lo pasé la raja -, baile slam casi frente al escenario, y en un momento estuve a empujones y manotazos en la rueda, con puros cabros punkies que me decían: buena tío, o buena tata, entonces sentí que estaba haciendo el loco, y que era el único canoso en la volada, y me dije para mis adentros esta es mi despedida de estas lides, mi hijo me miraba con un poco de vergüenza o incomodidad. ¿ Habrá sido una performance muy patética ?, me cuesta verme desde afuera, ¿ síndrome de Peter Pan ? - eso sí sería patético – me dije – así que tendré que envejecer con estilo – me dije -, madurar, aprovechar mi experiencia de vida. Ando en una transición incomoda, no estoy en edad de seguir pareciendo un eterno universitario inmaduro, pero tampoco quiero parecer un adulto maduro sometido, un apoderado, un oficinista, un profesional acartonado, pero tampoco quiero que me vean como un jipy o bohemio pegado en el pasado..., como muchos me ven, como un irresponsable crónico.

Entonces en este periodo me puesto a pensar y repensar tantas cosas, evaluar lo que he hecho y sobretodo lo que no he hecho con mi vida, y sencillamente me aterré, me vino la ansiedad, el desasosiego patológico, y las ganas de disfrutar..... que el mundo se va acabar!!!, pero me encontré lleno de compromisos y responsabilidades, lleno de apegos y desafíos, y me sentí frustrado, no derrotado... pero si cansado, fatigado, asustado, el tiempo se fué demasiado rápido; y aun no soy un experto en dosificarme, en guardarme, en cuidarme, mas bien me gustaba mi estilo descuidado y apasionado, obstinado y perseverante... pero perseverar no sirve de mucho si uno es muy disperso, y si uno da muchos palos de ciego. Esta bien esto de la experimentación, aprender del ensayo y el error, pero como que me he quedado pegado en los errores, en el desparramo, entonces ahora como que me entro un bajón, ahora que no se bien donde concentrar la energía.




El tiempo pasó en un abrir y cerrar de ojos, y todo parece recordarnoslo. El barrio cambio, los amigos cambiaron, los hijos crecieron, algo lo cambio todo de forma irreversible. Lo que pasó ya sucedió y no hay vuelta atrás; y las cosas seguirán cambiando, y la carga será cada vez mas pesada, es la ley de gravedad, o algo así; y yo no quería ser grave, ni tan serio. Pero ahora como que tengo la certeza de que es inútil gastar el tiempo en nostalgias, es tiempo muerto, estéril, ya desperdicie mucho tiempo recordando y revisitando el pasado. Fantaseando, arreglando el mundo y mi vida, en sueños. La realidad no esta tan mal, - es así simplemente -, de otro color, mas tenue, menos estridente, menos emocionante, mas monótona, mas piola.

El tiempo lento me acomoda mas, pero aun no me veo escuchando jazz y dejando de escuchar rock, pero si prefiero un buen vino conversado a los destilados uno tras otro. Si, quiero bajar las revoluciones y ojalá irme a vivir al campo, y visitar la ciudad y su acelere de vez en cuando. Esa idea me gusta.

Lo claro es que tengo que cuidarme, pero mi ansiedad desbocada - me hace comer como un demonio, y he engordado demasiado, y mas encima con el rollo de que no me puedo concentrar para trabajar y escribir, entonces, métale café y café, antojos y dulces, y ni aún así me siento estimulado; ni menos concentrado, todo esto me hace sentir mal, frustrado, desganado, y el solo saber que tengo que hacer dieta y hacer ejercicio entre tantas cosas, me estresa mas, y es un circulo vicioso.

Tal vez la madurez para mi es eso, el proceso de aprender a dosificar energías y deseos - templar mi voluntad- disciplinarme de buena gana – voluntariamente – sin sentirme sometido o derrotado – y finalmente creerme el cuento del maduro– para ser mas certero, eficaz, productivo, confiable – para solucionar los problemas animado, confiado y feliz.

2 comentarios:

silvrich dijo...

No sé que es ser maduro o inmaduro... no creo en todo caso que tenga que ver con la edad fisiológica y menos la cronológica. Si lo definieramos como un desface entre la capacidad corporal y las inquietudes mentales, supongo que se trata de algo equivalente a la adolescencia y entonces (sin hacer valoraciones morales) intuyo que son un lujo de las sociedades de la abundancia. Pero es sólo una intuición, nada sobre lo que pueda elaborar demasiado.

Leonardo Český dijo...

Hace algunas semanas leí Ferdydurke, una novela de Witold Gombrowicz, que trata el tema de la inmadurez, pero la inmadurez no es vista como un problema, sino por el contrario, es percibida como una realidad ontológica del ser, como una necesidad existencialista. La inmadurez también puede ser un vehículo legítimo para el pensamiento e incluso para la acción. Sin embargo, dentro de la sociedad de
normalización y de control en la que nos desenvolvemos hoy en día, la inmadurez se ha deslegitimado, se ha degradado. Así, la madurez hace de nuestros cuerpos dóciles el vehículo por el cual entretejer un dominio silencioso y disciplinario. La pregunta es ¿en qué momento de la historia e histeria la inmadurez se volvió un mal? O personalizando la pregunta ¿en qué momomento de tú historia la inmadurez se volvió una situación contra la cual hay que luchar? En momentos en que las crísis existenciales nos introducen hacia otros territorios, la inmadurez a si
como la madurez,pueden ser reducidas a una ecuación fenomenológica que consistiría en poner entre paréntesis, a modo de una suspensión del juicio aquellas actitudes que se nos han naturalizado...Dejarnos llevar por nuestros intervalos maduros/inmaduros...Porque en algún punto de nuestras historias de vida, como nos enseña Gombrowicz "habría que subrayar más bien que el primordial y fundamental sufrimiento no es otra cosa sino el dolor nacido de la limitación del hombre por el
hombre; es decir, del hecho de que nos ahogamos y estrangulamos en la estrecha y rígida concepción que
de nosotros tienen las demás personas".

Recibe un gran saludo