martes, enero 06, 2009

EL DESPERTAR 1983


El verano del año 1983 al cumplir 15 años, acompañe a mi madre de compras al supermercado AURRERA en Avenida Universidad esquina Av. Miguel Ángel de Quevedo; solíamos ir allí a hacer las compras de la semana. Nunca pedía que me compraran nada, porque estaba consciente de que la situación económica estaba muy mala. De hecho, yo le había pedido cambiarme de secundaria y que me inscribieran en una de paga (particular), el CAF (Centro Activo Freire) donde estudiaban casi todos los hijos de exiliados sudamericanos que vivían en el DF., y tenía fama de ser una escuela buena onda entre los chavos y toda la banda que frecuentábamos el CUC, porque sabíamos que allí no pedían uniforme, y se podía ir con la greña larga, eran todos de izquierda y bien reventados. En ese entonces yo era un chavito onda Jipy, alucinado con el rock y la psicodelia de los años sesentas. Mi sueño era dejarme el pelo largo y vestir con ropa artesanal, paliacates, pulseras y collares. Mi madre me dijo que no teníamos lana, además dijo que consideraba que el CAF era una mala opción, que mejor siguiera estudiando en la secundaria pública, para que sentara mis pies en la realidad. Ella consideraba que el CAF era una mala escuela, con muchas libertades y comodidades para alumnos hijitos de sus papas, que al final de cuentas terminaban siendo unos inadaptados, porque en la vida real no existían tantas comodidades burguesas para toda la gente. En cierta forma al insinuar de que yo estaba pidiendo que me compraran privilegios burgueses me logró convencer de seguir estudiando en la secu pública, llena de panchitos, trisoleros y chicos banda, al fin y al cabo estos eran los chavos del pueblo mexicano. Pero en el fondo lo que yo quería hacer era conocer nuevas chavas, quería conocer a las viejas que iban todos los sábados al cine arte del CUC, en ese grupo había unas mujeres hermosas, inteligentes y liberales, en cambio en la Unidad, en Copilco 300, mi barrio, habían puras chavitas fresas. Estaba en una época de revolución hormonal y veía en casi todas las mujeres algún encanto, pero yo quería andar o conseguir una novia que fuera de mi onda, quería una compañera.

Seguimos en el supermercado comprando cosas para la casa, detergente, leche, frutas, aceite, harina y recortes de cecinas para el negocio de mi madre, que era hacer pasteles y empanadas fritas al estilo chileno, de pino, queso jamón y queso choclo. Con mi hermana y algunos amigos vendíamos las empanadas entre los vecinos del condominio, y también salía a venderlas a la Ciudad Universitaria, se vendían muy bien y era entretenido, los mexicanos creían que eran quesadillas y me pedían chile para echarle a las empañadas. También me había iniciado hace poco como artesano y había aprendido a trabajar algunos metales, haciendo aretes, pulseras y collares de alambres de alpaca y bronce, con algunas piedras, chaquiras, semillas, plumas, cueros, cerámicas, etc. También tejía pulseras de hilos mercerizados de algodón teñidos de colores fuertes, y pintaba algunas acuarelas. En la sección de frutas de importación encontramos unas sandias chilenas!!! Estaban carísimas y las vendían por tajadas según lo que pesaran. No compramos a nuestras compatriotas. En cambio fuimos a la sección de ofertas y compramos una bola de queso Oaxaca, que era exhibido sobre unas lindas hojas de palma, y también compramos unas mojarras para hacerlas a la sartén al mojo de ajo. Al llegar a la caja del super pasamos por una sección de libros en oferta, y allí en un canasto metálico vi un libro que estaba plastificado que me llamó la atención, no lo podía hojear porque estaba sellado, pero en la portada tenía el rostro de una mujer joven parecida a una niña que me gustaba mucho en ese entonces -se parecía a Andrea- y tenía una expresión muy peculiar con los ojos cerrados y la boca abierta, estaba en éxtasis orgásmico ¡!!, luego identifiqué una espalda masculina y la nuca de un hombre, entonces la foto me chocó, me dieron celos o bronca de ver a ese hombre con una mujer tan linda, me dio envidia, me daban ganas de ser ese hombre que estaba en acción provocándole a esa mujer esa expresión de gozo tan profundo en su rostro. La foto era en colores pero estaba muy difusa como un efecto flu, como cuando le ponen vaselina a un lente fotográfico. Me di cuenta de que la foto era una escena de un coito, y me dio vergüenza, seguramente me sonrojé, pero no solté el libro, que decía algo así como: Manual de Educación Sexual, y tenía el aspecto de una publicación seria, la foto estaba algo velada y no era muy explícita, pero yo tenía mis sentidos visuales muy aguzados con respecto al tema. Mi madre se acercó y me dijo, - ¿qué estás viendo?- trate de disimular mi vergüenza y le contesté, - un libro de educación sexual que parece interesante -, mi madre no se pudo aguantar la risa, y me dijo que de eso podíamos conversar en casa y que no era necesario comprar un libro, y era verdad, en mi casa los temas sexuales no eran ningún tabú, pero de todas formas me daba vergüenza hablar con mi madre, y fingía saber todo de forma muy científica y madura. El libro me interesó y le dije a mi madre que por favor me lo comprara, y que si ella quería yo después le devolvería el dinero. Finalmente mi madre hecho el libro al carro de compras.

En casa abrí el libro en mi cuarto, la decepción fue grande cuando lo que más aparecían eran cuadros anatómicos del aparato reproductor femenino y masculino, puras laminas biológicas, de de la formación de los gametos, óvulos y espermatozoides…..(Continuara).

4 comentarios:

Santiago Illapa dijo...

El despertar sexual mediado por un libro... Qué chico tan culto incluso para erotizarse!!!

Leyla dijo...

Lo mismo pasa con las recetas para empanadas. Los libros te dan los gramos exactos, las onzas perfectas, los 45 grados de temperatura del horno, el tiempo preciso ¿y de qué sirve? Si al final se cocina con el corazón y los que podemos; ( de eso me jacto) a pura intuición y pulso!!!
A la mierda con la teoría, prefiero la práctica.

nacopower dijo...

jajajajaja ... a mi me paso lo mismo con "La enciclopedia de la sexualidad" que tenia mi hermana en su casa. Como ella para ese entonces ya se habia casado pues yo creia que era algo asi como el kamasutra. Espere pacientemente, robe sus llaves y volvi a esperar hasta que salio de viaje y no estuvo en su casa. Fui cual rata de dos patas a hojear su "Enciclopedia de la sexualidad" que resulto mas chafa que los consejos de la tia cachonda en el pediodico METRO

Andrea Bh. dijo...

Miré el blog después de mucho tiempo, buscando si tenías una foto de manifestaciones sociales y, me pregunto...¿cuántas Andrea en tu vida, hombre?. Nada... cariños y cómo va el doc?